En el 2005 y luego de haber generado muchísima expectativa con un par de conceptos en el NAIAS de 2003, Ford presentó la quinta generación del Mustang que retomaba muchos elementos de diseño de los icónicos modelos de los 60s y 70s. Este vehículo de alguna manera significaba el regreso del Mustang en toda su gloria y ofrecía motorizaciones V6 de 210hp, así como un V8 de 300 hp. Esta generación marca el resurgimiento de los muscle cars ya que tal fue el éxito de Ford que Chevrolet y Chrysler se animaron a resucitar sus modelos Camaro y Challenger respectivamente.